Amamos el café y desde nuestros comienzos trabajamos para hacerselo llegar al consumidor final de una forma directa, teniendo un respeto extremo por el producto, los procesos, y sobre todo por las personas que trabajan en la cadena productiva. Comenzamos hace 9 años, tostando café y acercándolo a los consumidores mediante un coffee truck en pequeños eventos. Luego abrimos nuestros primeros locales, pero queríamos llegar a más: acá fue donde descubrimos que la mejor manera de expandir la cultura de café en Latinoamérica es llevándolo a sus casas, para que puedan tenerlo siempre a mano, cuando quieran y como quieran tomarlo. Conectar al consumidor final con los productores de café de la forma más directa posible es lo que nos motiva. Esto nos llevó a pararnos en una posición de intermediarios lo más imperceptible posible: trabajamos todos los días sobre nuestros procesos y productos –utilizando la tecnología como medio principal– para que el vínculo de estas dos partes sea lo más cercano, justo y real posible. Nos consideramos una empresa de café con ADN tecnológico. Creemos que somos todos igual de importantes en esta cadena. Gracias al constante crecimiento de consumidores –amantes del café– es que podemos establecer cada vez mejores procesos, vínculos más fuertes con productores, expandirnos y finalmente poder ofrecer mejores y más variados cafés.
